Marx, y F.Engles:las bases de la pedagogía socialista
Marx; Engels y la educación:
El socialismo marxiano se concibe como una filosofía de la totalidad, filosofía que incluye principalmente elementos de economía, sociología, filosofía y política, así como, en distinto grado, elementos correspondientes a otros muchos ámbitos, entre los que está incluido el de la educación. Marx y Engels no realizaron nunca un análisis detenido de la escuela y la educación; sus ideas al respecto se encuentran diseminadas a lo largo de varios de sus escritos, manteniéndose en una misma línea durante más de cuatro décadas. En esos escritos, la problemática educativa está planteada de modo ocasional, fragmentario, pero siempre en el contexto de la critica de las relaciones sociales y de las líneas maestras de su modificación. Pero si bien es cierto que Marx y Engels no dedican una obra, un capitulo o un articulo de su ingente producción al problema de la educación y menos aún al de la organización práctica de la, escuela, también es verdad, y Manacorda lo ha vista así, que tuna atenta investigación filológica de las formulaciones explicitas de una critica y de una perspectiva pedagógica en los escritos de Marx y en los de Engels, que son completamente inseparables, revela principalmente la existencia de textos explícitamente pedagógicos que, si bien es cierto no son numerosos, adquieren, sin embargo, un extraordinario relieve debido a la doble circunstancia de presentarse de nuevo de forma coherente en un intervalo de treinta años o más, y de coincidir con momentos cruciales tanto de su investigación como de la historia del movimiento obrero.
Marx y Engels tenían que referirse a la cuestión de la educación por someramente que lo hicieran. Tanto su critica al capitalismo y al sistema de relaciones sociales por él impuesto, como su defensa del comunismo, tenían que abordar de alguna forma el papel de la educación en uno y otro sistema. Por otro lado, el de Marx y Engels es un planteamiento emancipatorio que tiende a la formación de una sociedad nueva para un nuevo hombre; en la construcción de esa nueva sociedad y este nuevo hombre, a la educación le corresponde un importante papel y es lógico que Marx y Engels se hayan referido, en diversas ocasiones, al problema.
Habiendo constatado la pauperización moral y la degeneración intelectual de los hijos de la clase obrera, producida voluntariamente por el capital a fin de perpetuarse y de perpetuar las relaciones sociales por él engendradas, según Marx y Engels, nuestros autores entienden que es necesario procurar a todos los hijos delos proletarios una preparación adaptada a la vida en la sociedad pre-socialista y socialista. De este modo, quieren contribuir a eliminar la miseria de los proletarios en la sociedad de clases, satisfacer las necesidades vitales en ha sociedad sin clases y humanizar al hombre tanto en una como en otra sociedad.
Régimen combinado de producción y educación:
En los Principios del comunismo, redactados por Engels en octubre-noviembre de 1847, se defiende como una de las medidas más importantes a adoptar de cara a acabar con la propiedad privada y a asegurar ha existencia digna del proletariado, la de conjugar la educación con el trabajo fabril.
El Manifiesto del Partido Comunista, escrito en los dos meses siguientes por Marx y Engels, recoge ésta entre las medidas que en él se proponen; en efecto, tras defender la educación pública y gratuita para todos los niños y la abolición del trabajo de éstos en las fábricas tal como se practica hoy, Marx y Engels proponen el régimen de educación combinado con la producción material
En realidad, esta combinación había sido ya defendida por R. Owen y Ch. Fourier. En el capitulo XIII de El Capital, Marx recomienda la medida del régimen combinado del trabaja productivo con la enseñanza y ha gimnasia, pretendiendo conseguir un doble tipo de ventajas: aumentar ha producción social y permitir el pleno desarrollo del hombre; en ese lugar, Marx escribe: del sistema fabril, que podemos seguir en detalle leyendo a Robert Owen, brota el germen de la educación del futuro, en la que se combinarán para todos los chicos a partir de cierta edad el trabajo productivo con la enseñanza y la gimnasia, no solo como método para intensificar la producción social sino también como el único método que permite producir hombres plenamente desarrollados. Cómo veremos, tanto en ha Instrucción sobre diversos problemas a los delegados del Consejo Central Provisional, escrita por Marx en 1866, como en la Critica del Programa de Gotha, que Marx escribió en 1875, como en otros lugares de la ingente obra de Marx y Engels, puede encontrarse la defensa de este principio del régimen combinado de producción y educación.
La educación socialista preconizada por Marx y Engels exige, por lo tanto, la participación de niños y jóvenes en el proceso de producción, teniendo en cuenta que, para nuestros autores, la producción supone la unidad de la actividad material e intelectual. Marx quiere ante todo vincular el trabajo productivo a la enseñanza, es decir, que su intención se dirige exclusivamente hacia el trabajo útil. Por tanto, para él, lo que se pretende no es una iniciación a la producción inserta en el marco de una educación profesional, estética y espiritual, sino de un trabajo productivo y útil considerado bajo el prisma de su valor social.
Educación para la polivalencia :
La insistencia de Marx y Engels en la necesidad de que trabajo e instrucción trabajo material y trabajo
intelectual no vayan cada uno por su lado, hay que entenderla dentro de su critica general a la división del trabajo, precisamente porque, según ellos, la división del trabajo solo se convierte en verdadera división a partir del momento en que se separan el trabajo material y el mental.
El obrero fabril está condenado a dejar extinguirse todas sus fuerzas físicas e intelectuales en ella, su oficio consiste en sudar todo el día desde los ocho años .Esa condena a estar enterrado viva en la fábrica, a soportar interminablemente una máquina infatigable, es vivida por el obrero como la peor de las torturas. Tiene un efecto absolutamente embrutecedor sobre todo el organismo y sobre sus facultades mentales. Si la unilateralidad conduce a las determinaciones negativas que hemos señalado, la polivalencia es la promesa de perspectivas más halagüeñas. La conclusión que de ella se deriva es la defensa, frente a la división del trabajo, de una reintegración del binomio hombre-trabajo que nunca debió romperse; si la división condujo a la unilateralidad, la reintegración debe conducir a la polivalencia la disponibilidad absoluta del hombre (polivalencia) debe sustituir a la anterior parcelación (unilateralidad).
El trabajador el hombre, debe poseer una formación polivalente, lo que quiere decir que debe ser posible emplearle en cualquier trabajo. La formación polivalente debe garantizar múltiples posibilidades de actividad, al tiempo que la polivalencia de la instrucción debe garantizar la formación más completa posible, suministrando una sólida dimensión humana y múltiples posibilidades de actividad. Como Manacorda lo entiende, la polivalencia, la omnilateralidad, es el llegar histórico del hombre a una totalidad de capacidad de consumos a goces, en los que, ya sabemos, hay que considerar sobre toda el goce de los bienes espirituales, además de los materiales, de los que el trabajador ha estado excluido a consecuencia de la división del trabajo.El proceso del trabajo capitalista, por el contrario, obstaculiza el desarrollo pleno del hombre. Su esencia consiste en la explotación y en la producción de plusvalía El trabajo industrial socialista necesita de personas con aptitudes armoniosamente desarrolladas y capaces de orientarse en todo el síntoma de producción; para que esas personas puedan darse, trabajo y educación no pueden ser separados; así la define Engels en el Anti-Dühring: en la sociedad socialista el trabajo y la educación van unidos para asegurar una formación técnica multilateral y un fundamento práctico de la instrucción científica. Solo el modo de producción socialista puede permitir la construcción del hombre polivalente, pues dicho modo de producción no se basa en la explotación, sino que está animado de una firme voluntad de humanizar al hombre. La educación dará a los jóvenes la posibilidad de asimilar rápidamente en la práctica todo el sistema de producción y les permitirá pasar sucesivamente de una rama de la producción a otra, según sean las necesidades de la sociedad a sus propias inclinaciones. Por consiguiente, la educación las liberará de ese carácter unilateral que la división actual del trabajo impone a cada individuo.
Los contenidos de la enseñanza y el papel del Estado en la educación:
Ch. Fourier había defendido que la meta de la educación en la nueva sociedad era la de lograr el pleno
desarrollo de las capacidades corporales e intelectuales del niño; en la Instrucción a los delegados Marx
ampliará la propuesta de Fourier y sostendrá que la educación debe abarcar tres aspectos: en primer lugar, la educación mental; en segundo lugar, la educación física (como la que se da en los gimnasios y mediante los ejercicios militares, añade Marx) y, por último, la educación tecnológica, politécnica, que instruya sobre los principios generales de todos los procesos de producción y que inicie en el manejo de los instrumentos elementales de todas las industrias.
En sus Principios del Comunismo, Engels postula la siguiente medida: «educación de todos los niños en
establecimientos estatales y a cargo del Estado desde el momento en que puedan prescindir del cuidado de la madre.
La escuela debe ser, en este sentido, laica; debe ser, a la vez, además de gratuita y
politécnica, única, al objeto de que provea una educación unitaria y garantice la unidad del entorno que rodea a niños y jóvenes. Se plantea así el problema del papel del Estado en la educación; Marx y Engels defienden una enseñanza estatal pero fuera del control del gobierno, de tal manera que éste no pueda inmiscuirse en la enseñanza propiamente dicha, a la cual hay que sustraer no solo de la injerencia del gobierno, sino de cualquier otra procedente de otros ámbitos.
Una escuela y unos contenidos que son, según ellos, no solo el germen de la enseñanza del futuro, sino los únicos capaces de producir hombres polivalentes. Sin perder nunca de vista que el trabaja, el trabajo industrial productivo, está en el corazón mismo de esa escuela y esos contenidos: la educación socialista se basa en una pedagogía del trabajo. El trabajo productivo, que tiene una utilidad económica, ocupa el lugar central; está vinculado a la enseñanza. Este principio exige una modificación radical de la escuela, que debe transformarse de escuela libresca y magisterial en una escuela del trabajo y de la producción.
Educación y cambio social:
La teoría materialista de que todos los hombres son producto de las circunstancias y de que, por tanto, los hombres modificados, son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado.
El punto de vista de Marx parte de manifiesto cómo no se deben depositar confianzas excesivas en las posibilidades revolucionarias de la transformación de la escuela y solo de la escuela y como, al mismo tiempo, debe eliminarse cualquier intento de aplazar esa transformación en espera de cambios revolucionarios en la sociedad global . No antes ni después, sino a la por que la revolución social, la transformación educativa es una condición indispensable del desarrollo total del hombre y del cambio de las relaciones sociales; la educación debe acompañar y acelerar ese desarrollo y ese cambio, pero no es la encargada exclusiva de desencadenarlo ni hacerlo triunfar. La educación debe preparar a los hombres para la destrucción de la vieja sociedad, para abreviar, según palabras de Marx, la agonía mortal y asesina de la vieja sociedad y el doloroso y sangriento parto de la nueva; la educación debe preparar a la clase obrera para «dar suelta a los elementos de la nueva sociedad que la vieja sociedad burguesa lleva en su seno.
MAKARENKO Y P. BLONSKIJ: LA PEDAGOGÍA SOVIÉTICA POS-REVOLUCIONARIA Lenin y la política escolar soviética: La sociedad soviética posterior a la revolución de Octubre de 1917 era una sociedad que enfrentaba cambios profundísimos: nada menos que la transformación de una sociedad explotadora al servicio de las clases dominantes en una sociedad comunista al servicio de las clases trabajadoras. Los planteamientos pedagógicos de Lenin, o, mejor, el papel que Lenin asignaba a la educación, solo pueden entenderse desde su postura respecto a la cuestión y el cambio social: muchos eran los marxistas que creían que la evolución hacia la sociedad sin clases se llevaría a cabo mediante la progresiva implantación de la ideología proletaria a partir de las condiciones de existencia del proletariado y que la revolución proletaria vendría a concluir esta evolución. La educación debe también asegurar, según Lenin, la transmisión de una serie de conocimientos necesarios para la edificación del comuni...
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